“Una evolución de los resultados del proceso de negociaciones del
período 1970-1971 le advierte a Torrijos que no se podrá avanzar mientras éstas
se lleven a cabo en el anonimato y encerrados en una oficina del Departamento
de Estado. El problema hay que jerarquizarlo-dijo Torrijos. Hay que elevarlo al
tinglado mundial, hay que tocarles la vergüenza a estos gringos.

En la clausura, el canciller de la República de Panamá, Juan Antonio
Tack, aprovechó el escenario al denunciar la arrogancia colonialista: “Vivimos
la hora de la dignidad, seguiremos la lucha por la liberación nacional, por el
apoyo del mundo entero. Mi Gobierno anuncia que inscribirá oportunamente la
cuestión de la Zona del Canal en el orden del día del Consejo de Seguridad, en
el programa de la Asamblea General de la Naciones Unidas. Los Estados Unidos
vetó el proyecto de resolución en apoyo a la causa panameña, pero el mundo
entero vetó a los Estados Unidos. “Frase de profundo significado interiorizada
a nivel mundial, obligando a los Estados Unidos a reanudar conversaciones con
el Gobierno panameño, logrando la firma de la Declaración Tack- kissinger.
Ocho puntos que establecieron los lineamientos indispensables para la
negociación y firma de los Tratados Torrijos-Carter, que puso fin a la
presencia de los Estados Unidos en la Zona del Canal.
El
territorio panameño, del 15 al 23 de marzo de 1973, fue escenario del
desarrollo de la reunión especial del Consejo de Seguridad de la ONU. Ante la
más amplia representación internacional, Torrijos pregunta: “¿Por qué no se nos
respeta? ¿Por qué se nos provoca? ¿Por qué se nos somete? ¿Por qué no dejan a
este pueblo panameño inofensivo, eufórico, que viva en paz?”
El
conclave permitió al general Torrijos expresar a la faz mundial lo siguiente:
“Vengo a hablarles en nombre de un pueblo que no se alimenta con odio y al que
la sencillez de su corazón lo ha hecho perdonar ofensas y encaminar su destino
hacia la consecución de su identidad y porque quien tiene la razón no recurre a
insultos. Ya lo dijo Martí: Los pueblo, las naciones o las personas que olvidan
las ofensas es porque tienen muy buena memoria”. Finalmente, señala Torrijos:
“como mensaje muy especial que me ha pedido la ciudadanía queremos decirle a la
conciencia mundial -y que esto quede bien claro en la mente de todos- que nunca
hemos sido, que no somos ni nunca seremos, Estado asociado, colonia o protectorado,
ni queremos agregar una estrella más a la bandera de los Estados Unidos”.
Durante
varios días se trató de negociar con los Estados Unidos un proyecto de
resolución aceptable para los dos países sin embargo los representantes
estadounidenses procuraron utilizar todos los medios a su alcance para
convencer al General de que la resolución que querían presentar era
inconveniente e innecesaria para el buen desarrollo de las negociaciones.
Todos
los enviados especiales de Washington lo llamaban permanentemente. Tack, viendo
que ningún arreglo era posible, le comenta al General que lo mejor era que los
Estados Unidos vetaran la resolución panameña el día de la votación. Omar manda
a cerrar todas las vías de acceso a él y al Estado Mayor. Después del veto norteamericano
el ministro Tack clausura la sesión manifestando “Estados Unidos vetó a Panamá,
pero el mundo vetó a Estados Unidos.”
La semana siguiente Omar
interpretará el rechazo estadounidense en esta forma: “Porque ese VETO, ese
proyectil que dispararon desde Panamá ofendió el sentimiento de todos los
hombres libres del mundo. Porque ese proyectil que dispararon desde Panamá no
iba contra un país pequeño, porque este país es esencialmente místico y contra
la mística no se han inventado todavía el proyectil. Ese fue un VETO de
arrogancia, un proyectil de arrogancia, de prepotencia que le indicaba a los
pueblos pequeños que ellos no iban a permitir que nadie siguiera luchando por
su independencia”.
La reunión del Consejo de Seguridad logro el objetivo de Omar de elevar
a nivel mundial el problema del canal…. Allí comienza la labor de difusión por
todos los países, tanto por parte del General como de miembros de su gobierno,
visitar a jefes de Estado y Cancilleres y así como el de llevar el problema a
los organismos y foros internacionales, ese problema que” Omar Torrijos y el
pueblo panameño miran como un problema sentimental, esencialmente sentimental”.

7
de febrero de 1974, se firma en Panamá lo que se llamará el “Acuerdo
Tack-Kissinger” donde se reconocen, en ocho puntos, las bases de lo que debería
ser un futuro tratado sobre el Canal de Panamá. Ese momento, marca el arranque
verdadero de las negociaciones intensas. Los Estados Unidos aceptan negociar en
Panamá, algo que resistieron en las negociaciones anteriores.”
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